ÍNDICE
605.
NORMAS PARA EL TRATAMIENTO DE LA AMEBIASIS INTESTINAL
La
amebiasis intestinal se caracteriza por la presencia de
un cuadro clínico con dolor abdominal tipo cólico o
retortijón, eliminación de heces blandas muco
sanguinolentas, diarreas leves o graves acompañadas de
pujo y tenesmo rectal, todo esto en pacientes decaídos,
febriles, asténicos, anoréxicos. Tienen sin embargo una
buena respuesta a tratamientos médicos con derivados del
Imidazol (Metronidazol, Tinidazol, Secnidazol y
Ornidazol).
Hay
pacientes con cuadros diarreicos graves, con eliminación
de heces con sangre y moco, con confirmación endoscópica
de lesiones ulceradas en la mucosa colónica en los que
se ha aislado el trofozoito. Si su estado general no es
bueno, es prudente hospitalizar al paciente para
hidratarlo y mantenerlo en reposo intestinal al menos
los tres primeros días de tratamiento. Se pueden usar
derivados Imidazólicos como el Metonidazol por vía
parenteral junto con antibióticos de acción intraluminal,
esto último solo en casos de colitis mixta comprobada.
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Los
derivados de la Emetina actúan muy bien a nivel
intestinal. La respuesta a su acción es rápida y los
síntomas desaparecen en poco tiempo. En los últimos años
se utilizan poco por las reacciones secundarias y por la
gran efectividad de otros antiamebianos. Se la tiene y
se usa en casos especiales.
Los
niños son propensos a sufrir alteraciones
gastrointestinales de diversa etiología, entre ellas la
amebiasis. Los cuadros clínicos en estos casos son más
dramáticos y el tratamiento inicial se debe hacer
hospitalizando al paciente, manteniendo una vía para
hidratación y aplicación de medicamentos. Después del
tratamiento se debe continuar con normas higiénicas que
impidan la reinfección. Preferentemente se deben tratar
las formas parasitarias más grandes en primer lugar,
excepción hecha de episodios clínicos donde la patología
amebiana es aguda y grave y debe ser tratada
inmediatamente.
Las
reinfecciones amebianas alteran la capacidad de
respuesta del organismo. Las lesiones ulcerosas agudas
se van cronificando, fibrosando y ocasionalmente pueden
causar estenosis colónica. Cuanto mayor sea el área
afectada, aumenta el riesgo de que se produzcan
perforaciones. Por eso se debe valorar la magnitud y
extensión de la lesión , de ser posible, aislar la cepa
amebiana para saber su mayor o menor grado de
agresividad.
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