ÍNDICE
704.
TRIPANOSOMIASIS
Los
tripanosomas son una variedad de protozoarios que
básicamente causan:
a)
La enfermedad de Chagas
b)
La enfermedad del sueño Gambiese o
Rodesiense
a.
LA ENFERMEDAD DE CHAGAS
También conocida como Tripanosomiasis Americana está
causada por el "tripanosoma Cruzy" que se transmite por
la picadura de un mosquito. En esta enfermedad se ven
involucrados tanto el hombre como los animales
domésticos, que se constituyen luego en reservorios del
parásito, mas tarde y a través de los vectores se
propaga la parasitosis.
Al
igual que lo que sucede con la leishmaniasis, los
trasmisores de la tripanosomiasis son insectos que se
encuentran frecuentemente en las orillas de ríos y
lagos, presentes especialmente al alba o al atardecer y
tienen la predilección de picar en sitios de unión muto
cutánea como la comisura de los labios o bordes de los
párpados. Esta enfermedad también se transmite en forma
directa mediante transfusiones de sangre contaminada con
el parásito.
Desde
la picadura del mosquito hasta que aparecen las lesiones
dérmicas, pueden pasar unas dos semanas. En la región
palpebral se confunde con órzuelos y son lesiones
conocidas con el nombre de "romaña" que es la
inflamación palpebral causada por el parásito. En la
cara se confunden con lesiones tipo acné aunque son de
mayor tamaño. Solo en ciertos casos cursa como una
enfermedad aguda con fiebre, astenia, anorexia y atonías
musculares importantes. En la forma más grave se
observan edemas en cara y cuello, compromiso ganglionar
de la cadena cervical, complicaciones neurológicas con
trastornos meníngeos insuficiencia cardíaca con
alteraciones y daño del miocardio. El pronóstico en
estos casos empeora y la mortalidad aumenta.
En su
evolución pueden existir mejorías temporales que hacen
pensar que la parasitosis ha desaparecido. Se trata de
infestaciones pequeñas que causan infecciones tardías,
con cronificación de la enfermedad puesto que existen
lesiones orgánicas más graves caracterizadas por daño a
nivel de las válvulas cardíacas, lesiones y secuelas
neurológicas permanentes, megaesófago o megacolon
secundarios a alteraciones ganglionares.
La
confirmación de la enfermedad se hace mediante la prueba
de Machado-Guerreiro que se realiza en base a la
fijación del complemento y es útil en el diagnóstico de
casos crónicos. El hemocultivo y la biopsia de ganglios
afectados son exámenes que se realizan en episodios
agudos de la enfermedad. El xenodiagnóstico es
controversial. Se trata de obtener un vector, provocar
la picadura en un sujeto sospechoso de padecer el mal de
Chagas y luego de dos semanas observar si existen o no
tripanosomas en el interior del vector. Se trata de un
método impreciso y poco práctico que se utilizó
antiguamente.
El
tratamiento complementario de la enfermedad de Chagas
muchas veces es quirúrgico para tratar de solucionar los
defectos cardíacos, esofágicos o colónicos.
b.
LA ENFERMEDAD DEL SUEÑO GAMBIENSE O
RODESIENSE
Esta
parasitosis se transmite al hombre por medio del vector
conocido como la mosca Tse-Tse. En ciertas zonas es más
frecuente la presencia del tripanosoma Gambiense y en
otras del tripanosoma Rodesiense.
Al
igual que en la Enfermedad de Chagas, este tipo de
tripanosomiasis se presenta con una nodulación no
dolorosa de tamaño variable en el sitio de inoculación,
la que incluso puede desaparecer sin tratamiento
específico. Cuando el parásito alcanza el torrente
sanguíneo
se
manifiestan los síntomas caracterizados por elevaciones
térmicas sin justificación aparente, cefaleas de
intensidad variable, malestar general, astenia y
anorexia. De forma brusca la enfermedad evoluciona con
erupciones cutáneas indefinidas, hipertrofia ganglionar
de la cadena cervical posterior, región axilar e
inguinal, que se conoce como el "signo de Winter Bottom",
que mas tarde puede evolucionar hacia el "signo clínico
de Kerandel", cuando existe además un dolor exquisito a
la palpación de las áreas ganglionares afectadas.
Siendo una enfermedad que al comienzo no representa
peligro para la vida de quien lo padece, luego de
aproximadamente un año de mantenerse activa puede
evolucionar hacia lesiones cerebrales con signos
clínicos de adinamia, inapetencia, flacidez de la
musculatura facial y en casos graves cuadros
convulsivos. Los transtornos musculares de conducción,
consecuencia de la afectación ganglionar y de las
terminaciones nerviosas se presentan con incontinencia
urinaria, incontinencia fecal y atonías graves que
pueden comprometer la musculatura diafragmática y
evolucionar a una insuficiencia respiratoria. Las
complicaciones, especialmente las neurológicas, se
tratan con triparsamida, pentamidina o el antrypol.
El
diagnóstico se realiza utilizándose métodos directos de
observación del parásito en la sangre. Se deben efectuar
cultivos, análisis del líquido cefalorraquídeo y de los
ganglios infectados. Las pruebas de detección de
anticuerpos o de fijación del complemento evalúan el
comportamiento de la enfermedad.
La
mejor forma de evitar la enfermedad es su prevención. Es
obligatorio el uso de repelentes en zonas donde la
parasitosis es endémica.
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