 |
 |
 |
PRÓLOGO
Amebas y Amebiasis. En la actualidad, no existe un
parásito tan ampliamente distribuido como la
entamoeba histolytica. Aproximadamente quinientos
millones de personas de nuestro planeta la llevan
consigo, aunque no todas presentan una enfermedad grave
por esta causa. Es una de las quince primeras patologías
y la primera parasitosis que afecta al hombre. El
parásito se encuentra generalmente como un comensal
inocuo y solo si pierde esa condición y se hace agresivo
se desarrolla la enfermedad Cuando penetra en los
tejidos causa daños intestinales y extra intestinales
que si no son diagnosticados y tratados de forma
adecuada, pueden terminar con la vida del paciente, así,
aproximadamente setenta y cinco mil personas mueren
anualmente por causa de la ameba y sus complicaciones.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la
Amebiasis Intestinal y Extraintestinal, la Leishmaniasis
causada también por otro protozoario y la
Esquistosomiasis, son las parasitosis que con mayor
frecuencia causan la muerte.
Ninguna región del mundo está libre de la presencia de
la ameba histolytica. Su distribución es
universal pero mayor en regiones de clima templado o
cálido. Sin embargo, el continuo intercambio comercial,
turístico, cultural y deportivo, ha hecho que con gran
frecuencia emigren grupos poblacionales de un lugar a
otro donde las condiciones sanitarias pueden ser óptimas
y la ameba puede adaptarse con facilidad.
Imaginar alguna región libre de amebas se hace difícil,
inclusive algunas zonas donde se creía erradicada, se
han visto sacudidas con complicaciones intestinales que
van desde la simple colitis, hasta el colon tóxico
amebiano, apendicitis amebianas o el ameboma de
características morfológicas parecidas a las de un
cáncer de colon. Médicos que ejercen su profesión en
países desarrollados, confiados en que la patología
amebiana no se encuentra presente en dichas áreas, se
han visto sorprendidos al observar lesiones que nunca
antes habían detectado. Posiblemente fueron temas del
estudio de la parasitología en su formación académica a
los que sin embargo deben enfrentarse sin la debida
experiencia clínica. El estudio de todas las parasitosis
sigue teniendo vigencia y el conocimiento de la
amebiasis no debe soslayarse. La actualización en
conocimientos se debe procurar, especialmente por parte
del personal médico puesto que existe un peligroso
exceso de confianza que acarrea la despreocupación de un
problema con plena vigencia.
Transcribo la observación de un autor anónimo que
manifiesta que: "la ameba histolytica puede hacer todo
lo que hace un león, incluso comerse un hombre". No se
aleja de la verdad si pensamos en los millones de
personas que en todo el mundo presentan en su organismo
las amebas. Gran cantidad de ellos sufren enfermedad
intestinal y complicaciones extraintestinales. Son
muchos los pacientes en todo el mundo, en especial en
países en vías de desarrollo, que han fallecido a
consecuencia de estadíos avanzados de la enfermedad, o
por haber fracasado el tratamiento médico o quirúrgico
de sus complicaciones. Es importante la evolución del
absceso hepático amebiano, hasta hace poco de mal
pronóstico y hoy tan bien estudiado y tratado. Esta
patología caracterizada por la colección de pus
achocolatada en el hígado, consecuencia de la invasión
amebiana a este órgano, es generalmente secundaria a
primo infecciones intestinales que posiblemente no
fueron correctamente diagnosticadas o que fueron
insuficientemente tratadas. Por esto comparto la idea de
que la ameba histolytica ha sido responsable de la
pérdida de vidas humanas en un número superior al
causado por cualquier animal salvaje, muchos de los
cuales están en extinción; mientras que la ameba está en
progresión especialmente en áreas marginales donde los
huéspedes, no tienen las defensas necesarias para
protegerse de ellas.
Algunos pacientes siguen falleciendo a causa de colitis
amebiana hemorrágica, colon tóxico amebiano, absceso
hepático amebiano complicado, pericarditis bacteriana
secundaria a un absceso amebiano del lóbulo pulmonar
izquierdo, meningitis amebianas o abscesos pleuro
pulmonares. Otras implicaciones orgánicas que son
consecuencia de esta parasitosis aunque menos graves,
son las anemias que no permiten un buen rendimiento
laboral. Insuficiencias proteicas que repercuten en el
estado general del paciente, molestias intestinales como
diarreas que alternan con períodos de estreñimiento,
sensación de fatiga u otras complicaciones que si bien
no condicionan riesgo vital, afectan la calidad de vida
del paciente. Esta situación no está justifica en una
parasitosis que si se diagnostica en forma rápida es de
fácil tratamiento.
Recordemos que son diversos los órganos que se ven
afectados por la entamoeba histolytica y los síntomas
que se pueden presentar son múltiples. La habilidad y
pericia de quien valora al enfermo permite comprobar la
sospecha diagnóstica mediante la realización de
exámenes; muchos de ellos sencillos pero que requieren
de experiencia en la identificación del parásito.
Algunas pruebas de laboratorio corroboran el diagnóstico
e incluso orientan la evolución que van a tener los
enfermos. Todas son importantes, algunas más que otras,
sin embargo no deben realizarse al mismo tiempo por más
recursos de que se disponga. El estudio del paciente con
sintomatología intestinal comienza con el examen simple
de las heces, dejando las otras pruebas para comprobar
su presencia en otros órganos. La microscopia
electrónica ha permitido conocer mejor al parásito. Las
radiografías simples, gamagrafías, ecografías,
tomografías, resonancia magnética nuclear son de gran
valor para diagnosticar las localizaciones abcesales.
Pero se debe conocer la clínica de la enfermedad, la
sintomatología que produce el parásito en cada órgano
afectado, la evolución que tiene en el enfermo y la
manera como debe valorarse su tratamiento y
recuperación.
Impresionantes avances se han logrado en el diagnóstico
y en el tratamiento con el advenimiento de nuevas drogas
que combaten a la ameba. En la actualidad se cuenta con
medicación que solo actúa a nivel de la luz intestinal,
fármacos que se almacenan y metabolizan en el hígado y
que tienen su mecanismo de acción tanto a nivel
intestinal como extra intestinal. El arsenal
farmacológico para el tratamiento de la amebiasis es por
ahora adecuado. Esta es una de las razones por las que
se obtienen éxitos terapéuticos y una notable
disminución de la mortalidad.
No es
un problema exclusivo de países en vías de desarrollo o
regiones de clima tropical. La amebiasis, en mayor o
menor grado, está presente en todas las regiones y
climas del mundo y existen publicaciones de colitis
amebianas en habitantes de Alaska o de países nórdicos.
La población debe acudir para el diagnóstico y
tratamiento a lugares especializados pues no todos los
médicos están habituados a diagnosticar y tratar esta
parasitosis. Si no se busca ayuda oportuna y calificada
los riesgos son muchos. Cuantas más colonias amebianas
parasiten al paciente, mayor será el daño tisular. Por
otra parte, el retraso del tratamiento o una terapia
inadecuada supone la posibilidad de graves alteraciones
orgánicas.
Cada
vez y con mayor frecuencia la amebiasis y en general las
parasitosis se presentan en forma múltiple con dos o más
variedades de microorganismos. El tratamiento debe ser
consecuente con ello y comenzar con las formas más
grandes de tenias y helmintos, para continuar luego con
las más pequeñas es decir la ameba. Recordemos que si
bien existe un alto índice de personas que tienen la
ameba en su intestino, ello no supone necesariamente
enfermedad en todos los casos. No obstante se
constituyen en reservorios naturales que junto a las
malas condiciones sanitarias, ayudan a diseminar la
ameba Los habitantes de lugares exentos de amebas que
han viajado a zonas donde la ameba es endémica, o
personas que de zonas endémicas viajan a países
desarrollados donde no existe la amebiasis, son algunos
de los factores que han incidido directamente en la
progresión de esta parasitosis.
Organizaciones sanitarias regionales y mundiales
trabajan en la protección del individuo. Diariamente
personal médico y paramédico previenen, diagnostican y
tratan la enfermedad. Sin embargo no podemos decir lo
mismo de las tareas de beneficio social en cuanto a
saneamiento ambiental, agua potable y canalización que
son carencias en especial en estados pobres o mal
administrados. Es prudente que todos sepamos aprovechar
mejor nuestros recursos nutricionales y sanitarios. Se
debe insistir en que se cumplan las normas higiénicas.
Si no hay agua potable, esta se debe hervir para el
consumo humano, lavarse las manos antes de la ingesta de
alimentos, combatir la presencia de moscas, entre otras
medidas que deben convertirse en actividades rutinarias.
Esto es parte de la educación sanitaria que es
responsabilidad de todos.
Nuestra condición de vida y los problemas sanitarios
existentes han hecho que microorganismos de varios tipos
deban competir entre ellos por su supervivencia. La
parasitología tiene que ver con la dependencia que se da
entre estas formas generalmente minúsculas con su
huésped. Hay que saber que en el caso de la amebiasis al
igual que la presenta el hombre, lo hace también el
perro, el gato o el mono, siendo por tanto reservorios
importantes de la enfermedad. Si un parásito vive dentro
de un organismo sin causarle daño hablamos de
comensalismo y en esta situación puede permanecer por
algún tiempo. Sin embargo, como vive dentro del
organismo humano y se sirve de él para nutrirse y
desarrollarse no deja de ser una parasitosis. Si la
acción de un parásito llega a beneficiar al sujeto que
lo porta hablamos de mutualismo, pero si de la acción de
los dos se han beneficiado ambas partes se dice que
existe una simbiosis. Esto no ocurre con la ameba que el
portarla no beneficia en nada al individuo. La ameba
puede vivir en comensalismo por algún tiempo. Sin
embargo, la variedad histolytica tiene características
especiales y bajo condiciones diversas puede convertirse
en un parásito francamente agresivo. Este libro busca
explicar mediante preguntas habituales y sencillas
recogidas del propio paciente en la consulta médica,
cuales son las principales formas de presentación del
protozoario, su estructura, ciclo biológico,
sintomatología, complicaciones, métodos de diagnóstico y
tratamiento, además del pronóstico que tienen las
complicaciones intestinales y extraintestinales causadas
por la entamoeba histolytica en los diferentes órganos.
Rogelio Morales Cattani
|
 |