Alternar la toma de medicamentos con los días de descanso puede reducir la toxicidad de la terapia y también los altos
costos que conllevan, sin que por ello disminuya la eficacia, agrega el estudio.
La terapia contra el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que causa el sida, consta de un cóctel de potentes drogas que logra mantener a raya al virus, pero provoca una fuerte toxicidad a medio y largo plazo.
Los
especialistas señalan que una "terapia intermitente" puede reducir considerablemente los efectos no deseados de los fármacos.
La
investigación ha demostrado ser beneficiosa en las pruebas realizadas a
pacientes que padecen de ésta enfermedad.
El método, al que han denominado "terapia estructurada intermitente", ha sido probado en 10 pacientes con el virus VIH que estaban siendo tratados mediante "terapia antirretroviral de elevada potencia".
"Debido a que divide en dos el tiempo total en el que los pacientes reciben medicamentos contra el virus VIH, la terapia estructurada intermitente puede reducir de modo significativo los costos y los efectos secundarios de las drogas, lo cual es importante en países
con recursos económicos y en los pobres también".
En los estudios que se han hecho, los científicos han comprobado que los pacientes sometidos a esta nueva técnica de tratamiento no sufren ningún aumento en la cantidad de virus de su organismo.
Los medicamentos de presencia del virus en la sangre, los nódulos linfáticos o las células del sistema inmune indican que el virus permanece controlado con este sistema, al igual que si el régimen de medicación fuera diario.
Los investigadores han detectado, en cambio, una notable disminución de los triglicéridos y el colesterol, que son frecuentemente elevados en el caso de pacientes sometidos a tratamiento continuado contra el virus VIH.
El descenso se pudo medir en términos de un 22 por ciento en el caso del colesterol y de un 51 por ciento en el de los triglicéridos.
Tanto los triglicéridos como el colesterol elevados se consideran elementos de riesgo para un posible ataque cardíaco, lo que les caracteriza como efectos secundarios no deseados.
Estos estudios
podrían estimular en el futuro la realización de otros en mayor profundidad, que podrían recomendar finalmente un cambio total en la estrategia de suministro de medicamentos a los enfermos.
Las pruebas se han hecho con pacientes sometidos a tratamientos con los medicamentos "stavudine", "lamividune", "indinavir" y "ritonavir", administrados dos veces al día en períodos de siete días, alternados con otros siete días de descanso.
Otros temas: