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Y si es así bajaré mis
defensas y realmente me
enfermaré, entonces tendré
un problema emocional-mental
y físico.
SI YO PIENSO QUE PERDERÉ
ANTES DE PRESENTAR UN
EXAMEN---------- NO HARÉ MI
MAYOR ESFUERZO Y CLARO QUE
PERDERÉ EL EXAMEN
Muchas veces es más fácil
dejarse abatir que iniciar
el esfuerzo de combatir
nuestros pensamientos
derrotistas o desadaptativos,
en una terapia se
manifiestan éstos y se asume
el reto para cambiarlos con
ayuda profesional.
El pensamiento positivo
lidera la construcción de un
entramado neuronal, que será
nuestra red de trabajo
diario o interconexiones que
nos van a ayudar a cambiar
pensamientos muy arraigados
(que hay que preguntarse si
me sirven y para qué me
sirven y si son reales y
válidos). Muchas formas de
pensamiento muy arraigado
han sido heredadas
socialmente y lo seguimos
aún cuando ya no sea válido.
La constelación de
pensamientos dentro de una
personalidad está muy ligada
a su entorno, rol, crianza,
enseñanza, es parte del sí
mismo por eso es tan difícil
cambiarlo y se necesita un
proceso para redireccionarlo.
Además el pensamiento se va
construyendo con la historia
personal que tiene la
interpretación de uno mismo
o de los que nos rodean, se
puede REESCRIBIR LA
HISTORIA, enfocando las
partes positivas de los
hechos y lo que aprendimos
de cada situación, hay que
ver que la vida es un sinfín
de problemas que debemos
pasar a manera de retos, y
estancarse es quedarse en
uno de los problemas, para
desarrollar la personalidad
se necesita asumir retos y
pasar de niveles evolutivos,
cada etapa de la vida tiene
su evolución en complejidad
y experiencia.
El pensamiento maduro es más
flexible, contemplativo de
los múltiples factores que
se dan para que una
situación se desarrolle,
mira el problema y las
soluciones. El pensamiento
maduro encuentra opciones y
adaptabilidad. Cuando no
encontramos soluciones, y
nos estancamos es bueno
pedir una orientación
profesional. Se crece en
conjunto para ser más
adaptables.