EVA SIGNO DE LOS AÑOS
Dr. Aldo Guevara D.
Geriatra Gerontólogo
Teléfonos: (5934)
2531558 Celular: 099513229
Guayaquil Ecuador |

En
un mundo globalizado y comercial el I.V.A (impuesto al valor
agregado) es muy común y reconocido en todo el globo, pero el E.VA.
es totalmente ignorado e indeterminado en el trato cotidiano, sin
concederle su real importancia.
Es que la EXPERIENCIA
es un VALOR AGREGADO que solo llevan los añosos o quienes han
transitado al menos unas cuatro décadas sobre la faz de la tierra.
Ya que la edad no
viene sola, trae un bagaje de conocimientos, nociones, dolores,
vivencias que significan un tipo de aprendizaje que no se obtiene en
centros de estudio llámese universidades, liceos, etc.
En las sociedades
antiguas, léase hasta el siglo XIX, ese caudal de sus más veteranos
integrantes era aprovechado por las generaciones nuevas con respeto
y hasta veneración. Tanto así que a los envejecidos se los
consideraba sapientes (aunque no siempre experiencia sea sinónimo
de sabiduría) y pasaban a conformar el Consejo de Sabios.
Los saberes no eran
cuestionados en su forma de ser adquiridos, mas sí reconocidos,
respetados, requeridos, y apreciados en todo campo del conocimiento,
sobre todo en la búsqueda del bien común. La gente mayor desde el
zapatero hasta el economista lleva impreso el signo positivo o
negativo del ejercicio de un oficio o profesión, y el ama de casa,
cuyo desempeño doméstico nunca fue ni será justipreciado en las
colectividades, ostenta con modestia una invalorable e
incuestionable riqueza experimental. Desgraciadamente, el siglo XXI
con su arrolladora política de cambiar el pasado, desperdicia esa
historia de sufrimiento o padecimiento que precedió una conquista o
un logro de las generaciones anteriores.
De ahí que, el
desconocer los méritos de lo construido, el opacar lo conseguido a
base de esfuerzo, el discurso renovador inconsistente, la oferta de
cuestionables metas, la repetición necia de estribillos mal
adaptados, y el afán de protagonismo a toda costa, constituyen lo
opuesto al E.VA., es decir la inexperiencia en su más grande
esplendor, signos que esta nota trató de evidenciar con el fin de
que el lector reconozca para su bien y el de su comunidad.
|