Qué es un
nódulo tiroideo y cómo se debe tratar?
Autor: Dr. Jorge Jiménez
Barahona
La tiroides es una glándula que se localiza en la
región anterior del cuello que se apoya en la
tráquea, tiene forma de lazo, con dos lóbulos
derecho e izquierdo unidos por el istmo. Esta
glándula cumple una función importante al producir
las hormonas tiroideas las mismas que intervienen en
la regulación del metabolismo basal.

Los nódulos tiroideos son bultos o tumores que
aparecen en la glándula tiroides, pueden presentarse
como lesiones palpables o visibles a simple vista o
ser diagnosticados por ecografía, es decir no
palpables o no visibles. Estos pueden ser únicos o
múltiples (Bocio Multinodular).
La causa es desconocida. Puede asociarse con
exposición a radiación, deficiencia de Yodo o se
puede relacionar con un componente genético. Los
nódulos tiroideos son frecuentes, alrededor del 10%
de la población lo presentan. En la gran mayoría de
los casos es una alteración de tipo benigno, pero de
un 7 a 15% de los nódulos pueden ser
cáncer.
Se presentan a cualquier edad, predomina el sexo
femenino con mayor frecuencia entre los 30 y 40 años
de edad. Importante mencionar si el nódulo se
presenta en niños y adolescentes esta lesión puede
tener un comportamiento más agresivo.
En la gran mayoría de los casos es asintomático es
decir que el paciente no presenta síntomas. Cuando
el nódulo es de gran tamaño puede ser detectado a
simple vista y ocasionar síntomas como dificultad
para tragar o respirar y puede observarse alteración
de la voz (disfonía), este ultimo signo se observa
con mayor frecuencia en la presencia de cáncer.
En todo paciente que presenta nódulo tiroideo es
indispensable realizar una adecuada historia clínica
y un exámen físico completo. Siempre se debe
complementar el estudio con una ecografía de la
glándula tiroides para evaluar tamaño y las
características del nódulo. La presencia de
malignidad en el nódulo es independiente del tamaño
de la lesión, las características de malignidad
vistas en una ecografía son: nódulos irregulares
hipoecogénicos, presencia de microcalcificaciones,
aumento de la vascularización en la parte central
más que en la periferia del nódulo. En todos los
casos se debe solicitar exámenes de laboratorio para
evidenciar funcionalidad de la glándula, estos son
TSH, T3 y T4 o T4 libre a fin de descartar hipo o
hipertiroidismo.
Luego del estudio ecográfico y de laboratorio, se
debe complementar con citología por punción
aspiración (PAAF). Las indicaciones para estudio
citológico incluyen todo nódulo sólido mayor a 1 cm,
o en nódulos menores a 1 cm con signos ecográficos
sugestivos de malignidad. La punción puede ser
guiada por palpación directa en nódulos palpables o
eco dirigida en lesiones pequeñas no palpables. El
médico patólogo responderá el estudio como: Benigno
(60%), maligno (5-20%), sospechoso (10-15%) o
muestra inadecuada (10%). En caso de muestras
insuficientes o inadecuadas se deberá repetir la
punción cuatro semanas después.
El tratamiento de los nódulos tiroideos dependerá
de los hallazgos ecográficos y del reporte de la
citología (PAAF). Se debe evitar los
sobretratamientos o cirugías innecesarias o dejar de
operar lesiones potencialmente malignas. La
cirugía es la piedra angular en el tratamiento
de los nódulos con citología positiva o sospechosa
de malignidad, así como también en los nódulos de
gran tamaño con punción negativa.

Cirugía (Tiroidectomía Total por cáncer de tiroides)
Los nódulos menores de 1 cm y sin signos
ecográficos de malignidad deben ser sometidos a
controles periódicos a fin de poder detectar
crecimiento de la lesión o cambios ecográficos que
obliguen a cambiar la conducta de observación.
El manejo del nódulo tiroideo debe ser
multidisciplinario, es importante contar con
profesionales en la especialidad de endocrinología,
cirujano oncólogo, ecografistas y citopatólogos de
experiencia.
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